Parte 1.

   Llorando a la niña la encontraron.
   Llorando por el amor de su vida.
   Pensando y tirada en el suelo durmiendo la encontraron.
   Con notas, canciones, fotos, en el suelo a su alrededor.
   El padre, recogió las hojas y apagó la música.
   La madre la acostó en su cama y le secó las lágrimas con besos en las mejillas.
   Al otro día, la niña del corazón roto, volvió al colegio, siguió con su vida. Pero los padres no se olvidaron más de una "nota" en especial...
   "Seré muy chica, seré muy grande.
   Pero se pensar y se qué sentir, por quién y cuando, pero nunca había imaginado lo difícil que sería poder olvidar eso, no había imaginado lo difícil que sería seguir, ni tampoco lo imposible que sería dejar de sentir nostalgia, tristeza o abandono.
   No pensé que el corazón se podría romper de un modo extraordinario, si bien se que es todo sentimental, parece que el corazón se rompió en serio y que alguien te lo haya quitado de golpe, sacándote toda posibilidad de volver a sentir, de volver a respirar profundo sin respirar"
   Años después ella se casó con el mismo chico que en aquel momento la había dejado, que la había echo llorar un montón de veces.
   Ella volvió a escribir como antes lo hacía y hubo una nota especial que se la mandó a los padres envuelta en una cinta celeste como sus ojos. En la parte superior escribió con letra elegante:
   "Se que les gustará leer esto, sepan que los amo y que les agradezco todo lo que han echo por mi"
   Ni bien llegó la carta a la casa de los padres, abrieron el sobre, prácticamente con los dientes...
   "Felicidad, paz y armonía.
   Sentimiento que siento y que voy a sentir pero, después de todo lo pasado, de todos los dolores habidos y por haber ¿Me vengo a sentir así? O hay algo incoherente, o algo imposible que no logro entender.
   Este hombre, es la única persona que me hace sentir feliz, que hace que los hoyos de mi pecho desaparezcan que... no sé el punto coherente de esta situación pero si se lo bien que me hace y lo hermoso que es.
   Valió la pena sufrir, llorar por él, nunca dije que no, nunca he bajado los brazos, nunca me he rendido y aquí estamos, aquí estoy de nuevo con él y feliz como una "lombriz"
   Son pequeños los detalles que hacen falta pero, a simple vista, son invisibles."
   Al final de esta nota, la niña de los ojos celestes firmó con un garabato. Y una pequeña lágrima recorrió su mejilla, recorrió su pálido rostro.


Burja

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