Parte 5.

   "Ya pasaron varios años, mi madre ha muerto y de herencia me quedan los celestes ojos. Mi padre quedó viviendo con nosotros y con el corazón dolorido.
   Mis niños ya entienden todo, murió su querida abuela.
   El más chico sacó los ojos del padre, el más grande los ojos celestes de su abuela. Entre tanta miseria, estos nenes hacen que los días brillen. El de 15 se la pasa con sus amigos en la semana, los fines de semana prácticamente conmigo. El de 10, con su padre y su abuelo. Se diría que somos una familia dentro de todo, unida.
   Una tarde vino mi padre querido a mi habitación diciéndome que no quería ser una pesada carga para la familia...
   -Padre - le había dicho con el corazón en la boca- no sos una carga para nosotros, los nenes te adoran y realmente te necesito.
   A los días, la casa en Salta se vendió y mi padre estuvo conmigo hasta su día de muerte.
 
   "Fue, sumamente descontrolado, los gritos de mi nene que estaba jugando con él a las cartas, sus ojos blancos y los pálidos labios susurrando mi nombre...
   En 15 minutos llegamos al hospital más cercano, lo internamos pues había perdido el conocimiento.
   Fueron 3 días de agonía, no lo quería perder. Me dijeron que era inevitable, lo tenía que dejar ir.
   Por ese inoportuno paro cardíaco perdí a mi padre, no lo podía superar. No lo quería olvidar. Fue duro, para mis nenes y para mi mente, me abrume al pensar que sola me encontraba, no estaban mis padres.
   Salí adelante, tarde mucho pero, salí. Es difícil seguir mi vida normal, ahora mi nene de 15 años tiene novia.
   No me gusta la chica.
   No es que no me guste de rechazar, solo que me robó a mi bebe, son celos de madre, por supuesto.
   La chica es encantadora, inteligente y parecida a mi nene, alta, flaca y ojos azules. Se los ve muy felices pero, mi hijo ya no pasa el tiempo a solas conmigo.
   Es comprensible, pero cuesta adaptarse."


Burja